Carlos M escribió:
Desde la perspectiva de los grandes partidos
españoles, PP y PSOE, en Colombia prima el estado de derecho. Acerca de
esto, el sr. Javier Orozco ha escrito esta contribución.
A caballo
regalado…
Javier Orozco
Peñaranda
El Ministro español de Asuntos Exteriores,
Miguel Ángel Moratinos, afirmó hace pocos días que "el modelo político de Uribe es un modelo de
seguridad democrática (…), que siendo objetivos, es extremadamente
positivo".
¿Positivo para
quién, Ministro?
Tal vez para las multinacionales españolas que se
benefician de la corrupción y del terror reinante en Colombia. A ver si
con su lógica perversa las madres de los 1.200 civiles
asesinados por el ejército y presentados como “guerrilleros dados de
baja en combate” van a tener que darle las gracias a los matones de
camuflado y a quienes desde España les venden las armas.
El señor
Mariano Rajoy al abrir una sede de su partido en Bogotá, soltó sin
despeinarse una falacia del tamaño de la que montaron para invadir Iraq:
"Tengo que decir que Colombia es un país en el que se
respetan los derechos humanos…”.
Resultan,
cuando menos, curiosas tan unánimes y positivas valoraciones sobre un
gobierno cuestionado en materia de derechos humanos por la
ONU, la OEA, los gobiernos de Estados Unidos y del Reino
Unido, por no hablar de las graves constataciones de la Delegación de la Agencia Asturiana
de Cooperación al Desarrollo, encabezada por su Director, Rafael
Palacios, que visitó varias zonas de guerra hace un mes.
Es curioso
que el PSOE y el PP, que en estos tiempos se llevan como el
perro y el gato, coincidan en el apoyo sin fisuras al gobierno del
Presidente colombiano Álvaro Uribe.
Está visto que la política de España
-gobierne quien gobierne- para Colombia siempre es la misma, por que
parten de otra ficción: la de considerar que Colombia
es un Estado de Derecho, una democracia homologable a la
que se le pueden perdonar los excesos criminales de su fuerza pública y
de la policía secreta que depende del despacho presidencial, así
como sus lazos con narcos y paramilitares con un saldo de 40 mil
desaparecidos, 2.711 sindicalistas asesinados, 5 millones de refugiados
internos, miles de prisioneros políticos y de amenazados de muerte.
Es comprensible que sobre la realidad de los
Derechos Humanos en Colombia esté desinformado el ciudadano de a pié,
sometido a las tinieblas por los monopolios mediáticos de Prisa y
Planeta que tapan con celo el drama colombiano. Pero el respaldo del
PSOE y del PP a los crímenes que de manera sistemática comete el Estado
en Colombia, no es algo inocente.
Es sobre todo un acto de complicidad explicable
por la prisa de las grandes empresas españolas por firmar un tratado de
libre comercio entre la Unión Europea y Colombia, país cuyo territorio
quedará más abierto a la voracidad del capital español.
Y a caballo regalado… no se le miran los
Derechos Humanos.
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