Manuel R envia el articulo de Frank David Bedoya Muñoz y escribe: me parece muy buen aporte a una discusión que requiere argumentos. Señala tambien como "histórico" el escrito de Juan Sebastian Lopez Salazar en Semana: http://comunidades.semana.com/noticias/razones-digo-no-mockus/4556.aspx
Monica, David, Luis Eduardo, Pancho opinan.
Manuel R envia tambien la carta pública de la USO a Mockus-Fajardo: http://www.usofrenteobrero.org/pdf/bfo/fo090410.pdf
Monica contesta: Bien Manuel, muy bien. Me alegra que no te haya cubierto la ceguera pedagogica que invade a miles invadidos por Mockus.
Monica, David, Luis Eduardo, Pancho opinan.
Manuel R envia tambien la carta pública de la USO a Mockus-Fajardo: http://www.usofrenteobrero.org/pdf/bfo/fo090410.pdf
Monica contesta: Bien Manuel, muy bien. Me alegra que no te haya cubierto la ceguera pedagogica que invade a miles invadidos por Mockus.
David envia el articulo de Jorge Gómez Gallego en la página del MOIR: http://www.moir.org.co/La-salud-de-Mockus.html
Luis Eduardo escribe:
No había querido terciar en sus polémicas porque me daba pereza. Yo soy
coetáneo del maestro Garavito y me recordaba de los debates tan
interminables como inocuos de la década del 70 en la Universidad
Nacional, antes de que se derrumbara el muro de Berlín. Emprenderla
contra Mockus (que en su primera alcaldía fue asesorado por Rocío
Londoño, destacada figura del PC en la Unal) es una estupidez, es
orientar a la gente a que vote por Santos y el esquirol Angelino, a
quien lo tienen para traer los tintos. La única oportunidad que tenemos
de derrotar el fascismo ordinario (oh, mestro Bertolucci) es votando
por Mockus, que al menos no le recomendó a Uribe no ceder en el
intercambio humanitario e insistir en el rescate militar como lo hizo
Petro, a más de repudiar a Chávez dizque porque estaba ofendiendo la
dignidad nacional al insultar a
Uribe(!). De hecho Mockus,a pesar de ser de centro derecha, es más de
avanzada que el líder supremo del Polo que no es un partido
revolucionario como se expresa en sus estatutos
Pancho opina:
Yo votare por Petro porque es mi compromiso con el Polo, pero no
mas.
Cuando el Polo recupere su vocacion de izquierda, su actitud de
oposicion, su
caracter de alternativa al neoliberalismo y al uribismo, estare
nuevamente con
todas mis energias por este proyecto. Si Petro no pasa a la segunda
vuelta, no
voto por nadie.
Nuestro enemigo no es Mockus ni
Fajardo, ya
sabiamos desde antes que eran neoliberales, pero esos no son los que
debemos
derrotar, nustros enemigos somos nosotros mismos, con nuestras
posiciones de
derecha, con nuestras actitudes uribistas y esos son los enemigos contra
los que
debemos combatir.
Para poder guardar silencio ante las
posiciones de
derecha de nuestro candidato, nos inventamos un enemigo: Mockus y los
verdes.
Y despues dicen que los sectarios,
atrasados,
dogmaticos, son la "izquierda radical"
Utilicemos todas estas energias en
combatir
nuestras desviaciones internas que son las que nos estan acabando
¿Por qué es tan perjudicial para el pueblo el encantamiento por el dúo Mockus-Fajardo? Y otras disertaciones sobre la coyuntura electoral en Colombia
Frank David Bedoya Muñoz.
Historiador.
Medellín, abril de 2010.
En Colombia persiste una ilusión infantil
que consiste en creer que con un cambio de presidente el país va a
cambiar.
Esta ilusión se explica porque el ejercicio “democrático” de elecciones presidenciales nunca ha sido precedido por un conocimiento profundo de la historia y de la política, sino de una constante y creciente manipulación de la opinión pública, que antaño era realizada por el clientelismo y la burocratización del bipartidismo; manipulación, que además hoy, está afianzada por el inmenso poder de los medios masivos de comunicación.
De tal manera que en Colombia, cada cuatro años, o cada ocho ya, en época de campaña presidencial vuelve la ilusión de que “nuevas” y “mejores” personas van a cambiar nuestra dramática realidad. Dos ejemplos recientes; hace ocho años se eligió a un presidente, “que por fin, mostraba que sí trabajaba y que prometía acabar con los demonios del país,” y tal hombre resultó ser más maléfico y criminal que los que supuestamente iba a combatir. Hoy frente a la creciente corrupción y por el desgaste de haber padecido ocho años de argucias y trampas, llega alguien mostrando credenciales de transparencia e inteligencia, e inmediatamente gana el fervor de una buena parte de la población. Pero si se preguntara a estas personas entusiasmadas: - ¿y esos hombres transparentes e inteligentes de obtener el poder político que van a hacer? Más o menos responderían así: “No, no estamos muy seguros… pero, con que sean transparentes ya es mucho. Además, mejores que los otros si son.” En los dos casos anteriores, sigue predominando la ilusión, la manipulación y la impresión generada por los medios. En ambos casos, el país sigue sin una discusión real, donde se pueda visualizar, quién es quién políticamente. Algo sigue oculto.
Esta ilusión se explica porque el ejercicio “democrático” de elecciones presidenciales nunca ha sido precedido por un conocimiento profundo de la historia y de la política, sino de una constante y creciente manipulación de la opinión pública, que antaño era realizada por el clientelismo y la burocratización del bipartidismo; manipulación, que además hoy, está afianzada por el inmenso poder de los medios masivos de comunicación.
De tal manera que en Colombia, cada cuatro años, o cada ocho ya, en época de campaña presidencial vuelve la ilusión de que “nuevas” y “mejores” personas van a cambiar nuestra dramática realidad. Dos ejemplos recientes; hace ocho años se eligió a un presidente, “que por fin, mostraba que sí trabajaba y que prometía acabar con los demonios del país,” y tal hombre resultó ser más maléfico y criminal que los que supuestamente iba a combatir. Hoy frente a la creciente corrupción y por el desgaste de haber padecido ocho años de argucias y trampas, llega alguien mostrando credenciales de transparencia e inteligencia, e inmediatamente gana el fervor de una buena parte de la población. Pero si se preguntara a estas personas entusiasmadas: - ¿y esos hombres transparentes e inteligentes de obtener el poder político que van a hacer? Más o menos responderían así: “No, no estamos muy seguros… pero, con que sean transparentes ya es mucho. Además, mejores que los otros si son.” En los dos casos anteriores, sigue predominando la ilusión, la manipulación y la impresión generada por los medios. En ambos casos, el país sigue sin una discusión real, donde se pueda visualizar, quién es quién políticamente. Algo sigue oculto.
En la esfera política del mundo
moderno existen trazados dos horizontes, lo que se ha denominado como la
derecha, y lo que se ha denominado como la izquierda. Lo más básico que
se puede decir, es que la derecha asume el neoliberalismo, -actual
expresión del capitalismo-, como práctica económica prevaleciente, donde
el interés privado está por encima del interés común. La izquierda por
su parte, aspira a crear unas condiciones de producción y distribución
de la riqueza en una mayor equidad, donde el interés común prevalezca
sobre el interés privado. Dicho lo anterior, que sólo es una
caracterización bastante básica, cito la mejor y más sencilla definición
que he encontrado al respecto, la del filósofo francés Gilles Deleuze: “El papel de la izquierda, tanto si está en el poder como si
no, es descubrir el tipo
de problemas que la derecha desea ocultar a cualquier precio.”
En Colombia, sólo ha tenido el poder la
derecha, la izquierda ha sido estigmatizada, excluida y asesinada, y
cada vez la derechización del país es más fuerte. La derecha es la que
prolonga el orden establecido, donde las oligarquías aseguran sus
gigantes beneficios sobre la creciente pobreza y miseria de la mayoría
de la población. Ninguna política de derecha propendería por el cambio
de las condiciones económicas de la sociedad colombiana, esto parece muy
evidente, pero aún así, es lo único que no se discute en el país. En
este marco de ideas, sabemos que Juan Manuel Santos, Noemí Sanín, Germán
Vargas Lleras, Rafael Pardo, Antanas Mockus y Sergio Fajardo, todos son
de derecha, sólo se diferencian en que unos son mafiosos, otros son
corruptos, otros son tecnócratas, otros más cultos que otros, otros
transparentes, pero todos, en el
caso de que lleguen al poder, harían lo mismo, porque todos están en el
mismo horizonte político, es decir, no cambiarían el orden económico
inequitativo que se ha establecido. Santos tiene toda la maquinaria
clientelista y los poderes mafiosos del Estado a su favor; Sanín, Pardo y
Vargas, están en el declive, pero no por ello son oposición, sus
presumibles gobiernos harían lo mismo que siempre se ha hecho en el
país. Y el dúo Mockus-Fajardo haría lo mismo, la derechización y la
continuidad en las políticas económicas del neoliberalismo… Sólo que
estos dos últimos, están capitalizando la ilusión de que son personas
distintas, transparentes, y seguramente lo serán, pero harán los mismo
que los demás. Otra vez a Colombia la ponen a vivir de una ilusión.
Los mismos medios encargados de crear las
ilusiones que le convienen a la derecha, son los que se empeñan en
ocultar y tergiversar los fines de la izquierda. ¿Cuáles son los fines
de la izquierda en Colombia? Veámoslos, subrayaré los elementos que más
establecen una diferencia tangible con la derecha:
“Son fines del Polo la construcción de una
democracia participativa real donde prime la igualdad
social, la defensa del espíritu democrático de la
Constitución Política de 1991 y del Estado Social de Derecho, de un modelo alternativo de desarrollo sustentable y equitativo,
la búsqueda democrática del poder para ejercerlo en beneficio de la
nación; la defensa y promoción de los derechos humanos,
la tolerancia y el respeto por la diferencia y el pluralismo
ideológico, cultural, étnico, político, de orientación sexual y
religiosa; la igualdad de género; la búsqueda de la consolidación de la
paz y convivencia entre los colombianos; la defensa de los derechos de
los colombianos en el exterior; la defensa y protección del ambiente, la
biodiversidad, los recursos
naturales, lo público y el patrimonio público,
cultural y energético; la promoción de la ética pública, la
transparencia y la lucha contra la corrupción; el fortalecimiento del
poder local al servicio de la comunidad; la promoción de las
organizaciones de base y redes sociales para ejercer el gobierno y la
democracia y la difusión de los valores democráticos; la
defensa de la autonomía, la soberanía y la autodeterminación de los
pueblos en su lucha democrática y civilista contra la explotación, la
opresión, el colonialismo, el neoliberalismo, el militarismo y la
dictadura y por la defensa del equilibrio ambiental global.” El
Polo Democrático Alternativo podrá tener aún mucho que
mejorar, pero es el partido que políticamente se puede diferenciar de
los demás. Qué tanto teme la derecha que el pueblo conozca y asimile
estos fines, que ningún medio se ocupa de la
izquierda, salvo para decir que esta en la esfera del mal. ¿Se han
preguntado los colombianos, por qué la izquierda no sale en televisión?
Quizá Colombia sea una vez más,
victima de la ilusión electoral, y elija a los pulcros y transparentes
matemáticos, en tanto que nadie duda que ellos son mejores humanos si se
les compara con los que los actuales mafiosos y politiqueros de turno.
Colombia tendrá unos gobernantes distintos, -aún muchos, no comprenderán
que más allá de las personas, de lo que se trata es de programas
políticos- pero una vez más, al cabo de unos años, el pueblo se verá
frustrado, al constatar que sus miserables condiciones económicas siguen
igual o peor. Y la derecha, tan astuta como siempre, estará fraguando
una nueva ilusión.
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