Nuestra América en el Espejo (Complemento respetuoso y atrevido a
"El sesgo de los derechos humanos" de Vicenç Navarro)
Solamente quisiera agregar algo aprovechando su
contenido: Me parece
que resulta indispensable observar la imágen en espejo de lo que acá se
denuncia con claridad, es decir, que corremos el riesgo de dividir el
Continente en los países nuestros y los del enemigo, incluyendo de un
golpe en esa geografía política de países, a sus pueblos. Con ello,
alrededor de definiciones que giran en torno a "gobiernos progresistas"
y "gobiernos reaccionarios", superficial, pero efectivamente,
condenamos a los pueblos según los gobiernos que tengan, en el ámbito
de las naciones. Espero que nadie trivialice lo que manifiesto como una
crítica a los gobiernos progresistas o una falta de reconocimiento a la
importancia crucial de su existencia. No es eso de lo que hablo, pero
por si acaso. Sigo: Esto, dividir de esta manera incluyendo y exluyendo en esa nueva élite de nosotros y ellos, de triunfadores y perdedores, de relevantes y desechables, me parece equivocado y grave. Los 2000 masacrados en fosas comunes, los asfixiados en cámaras de gas en Santander (Colombia), las miles de víctimas de "falsos positivos", los sindicalistas, periodistas, mujeres, indígenas, campesinos, líderes, pensadores y activistas, desterrados y desterradas, asesinados, desaparecidas, violadas, silenciados y silenciadas, empobrecidas y empobrecidos, corremos el riesgo de ser excluidos y excluidas de manera activa en estas clasificaciones que no dejan de tener un tono chauvinista y triunfalista, sin sustento en la realidad de los hechos y de las tendencias.
Pero además, son contradictorias en tanto el discurso apunta a las luchas de los pueblos contra un sistema y una clase transnacional organizada para explotar y excluir sin fronteras. Concuerdo entonces, con el artículo anexo, lo adhiero totalmente y agradezco de corazón a su autor, a la vez que recojo esta imágen en espejo y convoco a una mirada crítica a quienes tienden a dividir el contexto entre avanzados y atrasados, ganadores y perdedores. Acá, o ganamos todas y todos, o nos derrotan ellos. Esa, es Nuestra América. La otra, la que excluye y clasifica, es la del enemigo. Cada voz que se silencia y cada pueblo que se aplasta es nuestra derrota y la solidaridad, nuestra obligación y exigencia. Cada triunfo, nuestra alegría y enseñanza colectiva. Cada vez que nos dividimos, les hacemos el trabajo sucio.
Será que estamos en un momento en el que las víctimas de la opresión y de la persecución se convierten doblemente en víctimas por la exclusión y marginación a la que los condena el triunfalismo de quienes sienten que van ganando?
Tan indispensable y urgente es señalar, como acá se hace, el sesgo de ellos, perverso y repugnante, como reconocer el nuestro (equivocado y riesgoso).
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