domingo, 2 de mayo de 2010

Diccionario en pantuflas

Fernando escribió:

Mis queridos todos:
Desde hace unos días Catherine Marchais, Manuel Salamanca y yo comenzamos a pensar en el posibilidad de escribir un "Diccionario Mosca", que nos permitiera polemizar, discrepar, debatir, sugerir, diferir, estar de acuerdo...
Manuel y yo nos quedamos pensando, pero Catherine, que es una especie de motor insomne, terminó el diseño en un dos por tres y, de paso, nos puso a trabajar. Hasta el momento he escrito dos pequeños textos: "Frasco" y "Person@", que están ya en el blog esperando que ustedes los lean, los critiquen, los comenten, pero, ante todo, que de alguna manera, no permanezcan indiferentes ante ellos.

En un diccionario cabemos todos. Esta es una invitación a que escriban, a que definan palabras, a que marquen diferencias y resuelvan situaciones. El único ser humano que pensó en hacer un diccionario él solo, era colombiano y se llamaba Rufino José Cuervo. En su "Diccionario de Construcción y Régimen de la Lengua Castellana" invirtió no menos de treinta años de su vida, y sólo alcanzó a terminar la letra E. Después se necesitó todo un Instituto, precisamente el Instituto Caro y Cuervo, para terminar la obra monumental que él había soñado. Todo un instituto y la tenacidad y coraje de un hombre admirable como fue Ignacio Chávez. Pero nosotros nos somos ni Cuervo ni Chávez ni el Instituto Caro y Cuervo. De modo que necesitamos el concurso de todos para que saquemos adelante el "Diccionario Mosca", en el que reflexionemos sobre el por qué y el para qué de nuestra actitud, y de nuestra forma de actuar en la vida y en la política.

Bienvenidos a esta aventura de la conciencia. Así es como nosotros estamos en el mundo, así es como soñamos y trabajamos. Dentro de varios años, cuando hayamos terminado de acumular palabras, dibujos y textos de cualquier pelambre, los ordenaremos entre todos y los publicaremos. Ese será nuestro aporte a una filosofía en pantuflas. No una de esas filosofías demoledoras que dictan cátedra en las grandes universidades, sino una de las que se sientan en un sillón bajo el sol de las primeras horas, y dormitan, pensando, cualquier domingo por la mañana.

Hasta pronto,

Fernando

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