El
Polomosca - PDA, colectivo de colombianos en el exterior, condena y
rechaza la decisión de la Procuraduría que inhabilita a la senadora
Piedad Córdoba para participar por 18 años en la vida política del
país.
La
destitución de la senadora Córdoba carece de cualquier valor legal
o político. Frente a la voluntad popular que la escogió como la voz
de un país silenciado y perseguido, el procurador es sólo un
funcionario de segunda categoría, que habla en nombre del
régimen que ha cometido las violaciones más atroces ocurridas en la
historia de América Latina.
La
senadora Córdoba se ha caracterizado por su trabajo en defensa de
los derechos humanos, constitucionales y civiles de millones de
colombianos desposeídos, y ha participado con valor en la búsqueda
de la paz. Las misiones humanitarias en que se ha empeñado, le han
valido el reconocimiento del país y del exterior. En el año 2009
fue candidata al Premio Nobel de la Paz.
En
Colombia las actividades humanitarias son tratadas con menosprecio y
presentadas como actos subversivos. La sanción del procurador es un
castigo inquisitorial contra los contradictores de un sistema de
oprobio, que desde hace décadas está en manos del crimen
organizado.
Centenares
de miles de colombianos asesinados, millones de colombianos
desposeídos y exiliados, miles de sindicalistas muertos y
silenciados, más de dos mil crímenes de Estado que, con cinismo, se
han dado en llamar “falsos positivos”, escuchas ilegales a la
oposición y a la justicia, escándalos políticos que involucran a
paramilitares y narcotraficantes, demuestran que en Colombia el
sistema ha hecho crisis.
El
procurador es un sicario moral y político. No se avergüenza de
guardar silencio ante los crímenes oficiales, sociales y económicos
en que naufraga el país, pero se apresura a castigar a una mujer
valiente que incomoda al establecimiento con su presencia y sus
denuncias.
El
Polomosca se solidariza con la senadora Piedad Córdoba ante esta
agresión, y hace un llamado a los colombianos en el exterior, a las
organizaciones internacionales de derechos humanos, y a los
ciudadanos del mundo interesados en la suerte de un país que
naufraga en toda suerte de contradicciones éticas y sociales, a
solidarizarse con ella.
Defendiendo
a Piedad Córdoba defendemos el derecho a la verdad y la justicia.
Exigir que se respeten sus derechos constitucionales y legales,
es exigir que se respeten los derechos constitucionales y legales de
cualquier ciudadano.
Polomosca
- PDA
Madrid,
octubre 1, 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario